cocinando
La verdad es que me considero afortunada en navidades. Lo de que haya niños en la familia ayuda a que estos días se tomen de otra manera, con más ilusión, preparándolo todo para ver sus caritas el día de reyes. Pero antes los reyes magos tienen que recorrerse infinidad de tiendas en busca del regalo perfecto (a la par que económico).
Era muy distinto cuando yo era peque, me conformaba con mucho menos, que remedio había...Recuerdo que me tiraba horas y horas jugando con una cocinita, ni siquiera recuerdo si me la regalaron a mí o la heredé de mis hermanos. Eso no importaba, solo que me entretenía un montón. Y era feliz...solo dejaba de ser feliz cuando iba a casa de mi amiga Meritxell y veía sus 18 pequeños-ponys, yo sólo tenía uno yo y otro mi hermana; entonces pensaba que necesitaba más pequeños-ponys para ser feliz.
Hace poco mi madre encontró la cocinita y a mí me dio bastante impresión verla, así tan pequeña, yo la recordaba mucho más grande, claro, yo mediría un metro menos cuando jugaba con ella...
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